Este es un momento muy difícil para todos los afectados por el huracán Harvey, especialmente para los niños. Los desastres pueden hacer que los niños se sientan asustados, nerviosos, confusos y ansiosos.

Es importante reconocer que estas reacciones son naturales y que los niños pueden tener diferentes reacciones a la tragedia y al desastre. Aun abecés estas reacciones pueden ser atrasadas: el trauma no desaparece una vez que las aguas de las inundaciones han desaparecido.

Aquí hay cinco consejos para ayudarle a comenzar el proceso de restauración con sus hijos:

CONSEJO #1: Cuídese físicamente – Asegúrese de que está comiendo, durmiendo lo suficiente, y que este bebiendo mucha agua. Obtenga atención médica adecuada. No puede estar completamente presente para su hijo(a) si no está cuidando sus propias necesidades físicas.

CONSEJO #2: Apóyense unos a otros – Los padres y otros cuidadores pueden trabajar juntos para reducir el estrés traumático. Tómese el tiempo para hablar sobre sus sentimientos con otros adultos. Si es posible, tome turnos para cuidar de los niños, y permita que usted y su pareja tengan tiempo solo para relajarse.

CONSEJO #3: CONSEJO # 3 – Dése un descanso – Trate de concentrarse en las necesidades inmediatas y no exagerar las actividades de limpieza en este momento. Usted puede evitar tomar decisiones innecesarias que alteren la vida durante este estresante período posterior a la tormenta.

CONSEJO # 4 – Comparta sus sentimientos – Compartir sus sentimientos con su hijo puede ser beneficioso. Modelo de empatía y perseverancia a través de la comunicación, diciendo algo como, “Parece triste cuando hablamos de esto. Me siento triste también, pero ambos vamos a estar bien “. Mantenga la calma frente a su hijo y evite excesivas expresiones negativas de emoción que pueden causarle a su niño más angustia.

CONSEJO #5 – Consuelo a su hijo(a). Dele un abrazo. Esa cercanía puede nutrirte también. Cuando los niños están asustados y ansiosos, pueden volverse más dependientes, aferrados, y tener miedo de ir a la cama por la noche. Cuando los adultos a su alrededor parecen confiados, esperanzados y seguros, pueden ayudar a los niños a sentir lo mismo.